Cuando tenemos la primera aproximación del estado y nivel de cumplimiento de una norma (o un grupo de ellas) y nos damos cuenta del trabajo que hay por delante, pero no conseguimos transmitirlo adecuadamente a la dirección, para que establezca prioridades.
Con el cuadro de mandos, podemos ver cuáles son los riesgos o modificaciones que son necesarias de manera inmediata por su criticidad, Y además cuales son las modificaciones que nos permiten trabajar con el criterio de priorizar las que mayores y más numerosas mejoras supongan para la organización.
ALTONA nos ayuda a verlo, que lo vea la dirección y a que determinemos las actuaciones prioritarias.